lunes, 1 de junio de 2009

Odio la siesta

No voy a engañarme, éste ha sido un fin de semana sin más historia que los demás, con algún que otro mal momento y, para mi suerte, bastantes otros mucho mejores. La diferencia está en que hoy el insomnio me ha animado a contarlo...

El viernes por la tarde pasó con una reunión de trabajo amistosa o de amistad trabajosa (podría decidirlo tras pensarlo un rato, pero no ahora), que se alargó más de lo esperado, aunque positivamente, salvo por el hecho de que tuve que dejar sólo ante el rocódromo a mi buen amigo (suerte que estaba debidamente preavisado).

La noche trajo el mal momento al que me referí anteriormente con un muy buen arbitraje (modestia aparte), pero con una muy mala interpretación por parte de dos jugadores, a mi modo de ver, dominados por su frustración. A ello se le unió un partido posterior nefasto, y encima contra la familia... ;o) Menos mal que veo al flag como un momento de desconexión, porque parece que algunos se empeñan en echarme de ahí a patadas.

En fin, como no podía ser de otra manera, al día siguiente volvió a salir el sol, nos fuimos a escalar a Sorrueda. Éramos seis y aunque casi siempre teníamos dos vías abiertas, no pude probar ninguna nueva, pero eso fue lo de menos porque el maravilloso entorno y la inmejorable compañía bastaban. Aunque no comparten nuestra pasión, o precisamente por eso, estoy especialmente orgulloso de las niñas por sus esfuerzos y por sus logros.

También aprendí a que la buena comunicación y entendimiento entre el que escala y el que asegura no sólo es vital para el primero, y que si vas a saltar es mejor avisar. Sólo hubo que lamentar el sustillo, un ¿pequeño? corte y la merecida bronca de la novia preocupada; esperamos haber aprendido la lección... :P

El domingo fue más tranquilo, unas horitas de playa con la niña, un buen atracón de pasta, vino y ensalada, algo de tenis en la televisión (la primera derrota de Nadal en Roland Garros), una siesta y poco más hasta volver a casa. Por la noche algo de trabajo en el ordenador y... ¡el dichoso insonmio!

Por cierto, a estas horas de la madrugada se me pasan por la cabeza muchos y muy variados pensamientos, pero hoy el que más se repite es... ¡odio la siesta!

3 comentarios:

Ángel Sánchez de la Cruz dijo...

David, para ser un "fin de semana sin mas historia" me parece que has hecho unas cuantas cosas. Algún día te voy a contar lo que es un fin de semana sin mayor historia que las visitas familiares y las lavadoras..... ¡Y sin poder coger la guitarra!

selegna dijo...

Te entiendo pero sabes q no lo comparto, creo q la siesta nos vino bien, despues de un fin de semana completo ;).

No cambiarasssssssssss.

David Rguez. dijo...

Nos vino bien dice, jajajajajaja, eso para ti que a las once estabas durmiendo otra vez como una bendita. Con mucho cariño, creo que en tu árbol genealógico debe haber más de un perozoso de esos... ;o)

Por otro lado estoy convencido de que alguién como el Napoleón del crimen tendrá más de un fin de semana con mucha historia.