Con sólo tres carreras, quizás mi experiencia al respecto es algo reducida, y aunque la organización de este tipo de eventos es siempre de diez, en esta ocasión se han superado... Entrenamientos organizados varias semanas antes para conocer el recorrido de la prueba, rutómetro y tracks GPS, buen precio y buenos plazos, muchos regalos, buena señalización, buen trato, cercanía, amabilidad... Muy poco más se puede pedir.
En lo personal, disfruté muchísimo del entorno con el Nublo, el Bentaiga y el Teide, entre otros, en su máximo esplendor, porque el día estaba espectacular, aunque no precisamente para correr.
Y lo mejor, con diferencia, fue llegar a la meta con mis compañeros de sufrimiento después de muchas horas de risas, quejas, alegrías, tropiezos, cantos... y la sensación de haber vivido una gran experiencia, junto con el enorme aliento recibido por quiénes nos esperaban pacientemente en la línea de meta para eliminar con sus abrazos y sonrisas casi todos los dolores.
Y ahora, a seguir entrenando...
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