Una interesante y, en cierta medida, acalorada conversación nacida en un psicodélico bar de Florencia acerca de la posible energía que se transmite de unas personas a otras desembocó,
entre otras cosas, en que uno de los buenos amigos presentes aquel día me regalase
el libro que da título a este post.
Pues bien, antes que nada, he de admitir que parte de su dedicatoria, aunque esencialmente obvia y con algo de doble sentido, me caló hondo:
Para que tu punto de mira se refuerce,
mira desde el otro punto de vista.
Era completamente cierto, y aunque también lo hubiera hecho sin la dedicatoria, iba a leer el libro, e iba a intentar hacerlo con la mente lo más abierta que me fuera posible, pero no dió resultado... O sí, dependiendo de la literalidad de la dedicatoria... ;o)
El libro, en resumen, nos cuenta que
Las nueve revelaciones que se hallan en un viejo manuscrito nos enseñan un tipo de vida más espiritual y menos material, a través del descubrimiento y buen uso de la energía.
En mi opinión lo que para muchos es una respuesta válida a ciertas cuestiones difíciles de responder, o de entender quizás, para mi no es más que otra obra totalmente sectaria, ya que en el libro aparecen muchos matices psicológicos sobre la energía y la búsqueda de la verdad que algunos
iluminados afirman poseer, y que luego utilizan para lavar el cerebro a las mentes más
desprotegidas.
Incluso llegando al final del libro se introduce la cuestión económica, y se afirma que el dinero no será un problema porque la gente lo donará a quiénes conozcan y enseñen
Las nueve revelaciones, todo ello debidamente camuflado para que no parezca lo que es verdaderamente.
Y llega el acabose cuando descubro que su autor
James Redfield es miembro colaborador de
Sedona.