sábado, 25 de febrero de 2006

Sí, ¡podemos cambiar!

Tantas y tantas veces, con varias de las personas más importantes de mi vida, he filosofado sobre la posibilidad del cambio en las personas. Mi objetivo es otro, así que no entraré en demasiados detalles acerca de sus posturas, tan sólo señalar que son contrarias a la mía en buena parte, y que para mi, creyendo en él y queriéndolo, el cambio siempre es posible.

Pues bien, precisamente el libro que actualmente me estoy leyendo, Los Moldes de la Mente de Pedro Hernández "Guanir", dedica algunos capítulos al cambio. Es obvio que también lo considera posible, pero además señala una serie de condiciones para el cambio que me gustaría subrayar y remarcar aquí:
  • Comprender: Tienes que entender en qué consiste el cambio y en qué puedes cambiar. Tienes que comprender el cambio de los moldes modifica tus emociones y que el cambio de tus emociones modifica tu estilo de vida.
  • Asumir: Tienes que querer cambiar, sin paliativos, sin autoengaños, sin teorizaciones. Simplemente, que tienes decidido cambiar, y eso, de forma contundente. Ni puedes estar dudando, lo tienes que tener claro. Tu decisión tiene que ser firme: ¡Quiero cambiar! Te garantizo que si de verdad así te lo planteas cambiarás. Hay gente que cambia su vida en un instante, en el simple momento de decir, sin trucos, "¡Quiero cambiar!"; pero insisto, "sin trucos", pues por un lado se puede estar diciendo "quiero cambiar" y por otro se está esperando que el cambio se dé sin tener que cambiar.
  • Interiorizar: El cambio tiene que inundar tu piel interior, tiene que inundar tus pensamientos, tu imaginación, tu motivación. Inundar tu pensamiento analizando, elaborando y reflexionando sobre la necesidad de cambio, sobre la necesidad y, también, sobre lo que puedes cambiar. Inundar tu imaginación, visualizando tu cambio, imaginando los pasos nuevos que das, la forma diferente de pensar y sentir la satisfacción obtenida con el cambio logrado. ¡Imagínatelo vivamente, como si realmente estuvieras dando los pasos para cambiar! Inundar tu motivación dándote ánimos, creyendo que tu cambio es posible o valorando lo que has hecho hasta el momento.
Resumiendo, el cambio es posible, tan sólo hay que querer el cambio, creer en el cambio y motivarse para el cambio. Seguramente las personas que afirman que el cambio no es posible son las personas que nunca lo conseguirán, siempre es más fácil negar su posibilidad y ni siquiera intentarlo autoconvenciéndose de que no pueden hacer nada, que implicarte en un proceso lento y con muchas trampas, aunque tremendamente realizador y satisfactorio.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola
comentar que estoy totalmente de acuerdo con que segun en que momentos ay que cambiar, pero solo si ese cambio te hace madurar o te hace bien, de todas formas, es muy dificil cambiar con el fin de algo, sobre si se trata de madurar...
Saludos!

David Rguez. dijo...

Por supuesto que los cambios deben ser para mejorar, de eso no cabe ninguna duda.
Por otro lado, nadie dijo que fuera fácil, pero eso qué más da ¿? Uno de los caminos más rápidos para el fracaso es precisamente ese, aventurar dificultades y no ver más allá.
Si quieres, puedes, y eso es lo único importante, lo demás es sólo cuestión de voluntad. Créeme, realmente merece el esfuerzo.

David Rguez. dijo...

Ese es un pensamiento muy negativo... así será mucho más difícil conseguirlo.
Todos somos capaces de ser de cualquier manera cualquier día, pero lo importante es que habitualmente seamos como queremos ser.
Hay muchísimos cambios que se producen sin saberlo, o sin darnos cuenta, quizás hoy sintamos indiferencia (en el mejor de los casos) hacia alguién que amamos tiempo atrás, y eso amigo mío es un cambio importante.
Lo que pasa es que es más fácil cambiar cuando sucede poco a poco, con el tiempo, casi sin darnos cuenta, que cuando nos debemos disponer a ello, cuando tenemos que afrontar nuestros miedos.
Somos capaces de creernos cualquier cosa antes de admitir la verdad, creemos que no podemos cambiar porque realmente nos asusta el camino que debemos recorrer.