jueves, 17 de julio de 2008

El valor de una buena discusión

Por lo que uno puede observar, no debe ser nada difícil hablar sobre los demás, ni mal, la mayoría de la gente que nos rodea es de crítica fácil y normalmente muy poco constructiva, ni bien, muchos nos llenan la cabeza de alabanzas cuando el viento sopla a favor, lo difícil es hablar siendo totalmente sinceros en cada momento, tanto para lo bueno, como, y sobre todo, para lo malo.

Hay muy pocas personas capaces de hacerte reir y llorar, de aplaudirte y aleccionarte, de darte la razón y quitártela... pero esas son las personas que uno quiere a su lado, las que merecen todo tu esfuerzo y dedicación.

Negarse a debatir es un error, tan sólo debemos aprender juntos a hacerlo mejor.

De la energía ya hablaremos en otro momento...

2 comentarios:

Nayra dijo...

Tu sabes lo complicado que es ser 100% sincero sin herir y más cuando quieres a una persona, por miedo a hacer daño, no somos lo suficientemente valientes para decir lo que pensamos, sobre todo cuando lo que pensamos en negativo o no tan bonito a los oídos ajenos. Es difícil pero con cariño y respeto se puede lograr.

Yo no me niego a debatir, me encanta como a cualquiera pero lo que no me gusta es la obstinación, la cabezonería, que por intentar imponer ideas, se pisen los argumentos de los demás o ni siquiera sean escuchados… lo que dices está bien… hay que aprender día a día ‘de’ y ‘con’ los demás, te puedo decir, sin ánimo de llenar tu cabeza de alabanzas, que contigo se aprende, por tu forma de ser y por tu visión de la vida, tan distinta y tan parecida a la mía.

David Rguez. dijo...

La excusa de que no es fácil debería ser erradicada de nuestro vocabulario. Si es lo que quieres, porque consideras que es lo mejor... ¿qué más da que no sea fácil?

Cuando discutimos tenemos que estar dispuestos a escuchar cosas que no compartimos, puesto que por eso discutimos, y a que sean defendidas a capa y espada, porque tus opiniones son parte de ti.

Otra cosa es que socialmente esté más aceptado el que nos da la razón en todo, o el que prefiere callar porque todo siempre está bien, que el que discute y enfrenta ideas, cuando debería ser al revés.