Algunas cosas que me apetece contar me han sucedido últimamente, por
suerte todas buenas, o porque esa es la lectura que he querido hacer... ;o) Podían, e incluso quizás debían haber sido historias
independientes, pero no fue hasta ahora que encontré su momento.
El pasado viernes 6 de marzo, después de jugar diez ligas de
flag football y de disputar, y
perder, al menos cinco o seis finales de campeonato, unos compañeros
geniales me ayudaron a quitarme el gafe que había llegado a considerar como algo
crónico.
Durante el partido, y sobre todo después de él, fui una persona sencillamente
feliz, como aquella que vuelve a casa después de haber cumplido sus
objetivos, y es que lo que para muchos no significaría demasiado, para mi implica la
superación de algunos retos e inquietudes más que personales.
Por otro lado, el también pasado martes 10 de marzo me extirparon un
lipoma testicular de 3 centímetros,
lo que viene a ser un huevo más, y que aunque suene
jodido y aún resulte muchísimo más
incómodo, no es nada del otro mundo. La operación tuvo sus pequeñas complicaciones, con poca anestecia y mi espectáculo o lipotimia posterior, y la recuperación promete ponerme a prueba con al menos diez días de baja médida, pero el lado positivo es que... ¡
vuelven a ser dos!, y ya no queda nada extraño en mi cuerpo,
más allá de lo visible, claro...
Por último, dejar constancia sobre todo a mi
selectiva memoria de que hace unos días también mantuve una reunión verdaderamente
ilusionante y muy
prometedora, pero de eso ya tendré tiempo de hablar cuando llegue su momento.