
El pasado domingo
15 de febrero de 2009 tuve la enorme suerte de poder disfrutar al máximo de la adrenalina de escalar la primera, y hasta el momento única,
vía ferrata de
mis Islas Canarias:
la ferrata de Primera Luna.
La experiencia fue sencillamente alucinante,
cuatro amigos y un desafío: el aparentemente inabordable e imponente
risco.
El esfuerzo físico que se realiza no es demasiado extraordinario, pero
el esfuerzo mental es brutal, mirar hacia abajo y ver el más absoluto vacío,
tensa automáticamente todos
tus músculos, y mirar hacia arriba y ver una pared completamente vertical,
mina automáticamente
tu moral.
La clave es no pensártelo demasiado, tirar
pa'lante y manejar los nervios lo mejor posible, aunque a mi, doce horas después y reviviéndolo antes de quedarme dormido, todavía me duraban. Por supuesto, la noche anterior también me había costado lo suyo conciliar el sueño.
Con todo lo dicho,
repetiría, y se de
alguién al que le gustará venirse.
Gracias a
Abián y
a Norber, por encabezar y cerrar el grupo, y por transmitirme la tranquilidad del que repite, a
Yeya, por transmitirme la tranquiliad del que lo hace por primera vez al igual que tú, y a los tres, por brindarme la oportunidad de compartir esta maravillosa e inolvidable experiencia de vida.